Humberto Contreras.- Al menos en los últimos tres años el éxodo de jugadores a ligas que antes no estaban en el radar de los basqueteros criollos ha aumentado, Perú, Ecuador, Bolivia, El Salvador, entre otros, han sido el nuevo destino de ellos, algunos aprovechando la doble nacionalidad otros simplemente porque les pareció atractiva la propuesta, hoy conversamos con Jorge Parra a quien se podría considerar como un pionero entre este grupo de jugadores.

Liga Nacional de Bolivia, Liga Nacional de Perú y la Liga de la Asociación Venadense (Argentina), han sido algunos de los torneos donde el trujillano Jorge Parra ha participado.

El factor económico fue en primera instancia lo que llevó al centro de 2.05 metros a aventurarse, “lo principal fue el dinero, estoy consciente de que son ligas de menor nivel que en Venezuela, pero lo que ganó acá nunca lo voy a ganar allá, no tengo el privilegio de ganar en dólares y con la situación actual del país el salario en bolívares no me convenía” indica.

A pesar de reconocer están lejos de ser ligas top, Parra manifiesta que el nivel tampoco es tan bajo como se podría pensar, “si bien son torneos que tienen muchas dificultades, en todos los países he notado como se esfuerzan para que el baloncesto siga subiendo de nivel”. Jorge, acostumbrado a ser un jugador de rol en la LPB, utilizado mayormente por su aporte en defensa, ha tenido que asumir rol protagónico en estas lides, “es algo que lo asumí con madurez desde el primer momento, ya que sabía que mi aporte tenía que ser fundamental, ya que como jugador importado debes marcar la diferencia en la cancha. Justo desde el momento en que me llegó esa primera oferta comencé a prepararme tanto física como mentalmente para afrontar esos retos”, asume.

“Ya después de cierto tiempo no piensas tanto en eso sino que ya se convierte en algo normal para uno y me lo tomo sin presión alguna”, complementa el centro.

Precisamente este factor de ser importado, es lo que más destaca Jorge Parra de su experiencia, “el hecho de jugar como importado te da esa madurez y esa responsabilidad que quizás nunca iba a llegar a tener jugando en Venezuela por el simple hecho de que allá solo sería jugador de rol. Y esa responsabilidad a la vez te hace trabajar más fuertes y ser mejor cada día como jugador” indica.

Parra ya superó los 30 años (tiene 32) y sabe que eso significa que tiene que cuidarse aún más para mantener las condiciones físicas, “a la edad que tengo  aunque considero que estoy jugando al tope de mis condiciones; estoy consciente de que para mantenerme en ese tope es mucho mayor el esfuerzo que debo hacer a la hora de entrenar, no solo el trabajo físico sino la alimentación y los hábitos. Por ejemplo todos los días me aseguro de ir al gimnasio, comer sano, entrenar fuerte con el equipo y lo más importante de todo que es tener un buen descanso y dormir las horas necesarias”, acota.

En la actualidad Jorge se encuentra en Perú, donde avanzó a semifinales de la Liga Nacional, con Club Faraday, equipo con el cual juega en estos momentos un torneo regional.

Por último Jorge Parra no le cierra la puerta a la LPB, aunque no lo ve como algo a corto plazo, “me gustaría volver, todo dependería de que yo llegue a algún buen acuerdo económico” finalizo.