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Cuando César Farías armó la doble convocatoria frente a Ecuador y Argentina, recibió muchas críticas pero también halagos. Lo que sabíamos es que frente a Colombia y Bolivia no se repetiría la misma fórmula. Sin partidos en la altura de por medio no había la necesidad de hacer un llamado tan largo. Contra el combinado neogranadino se jugará en Barranquilla y frente a Bolivia en Pueblo Nuevo.
El juego frente a nuestros vecinos será uno de los más complicados de toda la eliminatoria, no solo por la calidad de jugadores que poseen y por el juego colectivo que han desplegado en estos últimos meses, sino también por lo complicado que es jugar en Barranquilla. Ante Bolivia es obligatoria la victoria, primero por ser locales y segundo porque en teoría es el equipo más débil de Sudamérica.
Frente a Argentina y Ecuador quedó en evidencia la diferencia que existe entre los dos grupos que llamó el seleccionador nacional. No tenemos la cantidad de jugadores para tener dos planteles paralelos, al menos del mismo nivel, se puede hacer una convocatoria de treinta jugadores pero no treinta y nueve. Para esta doble jornada por las eliminatorias a Brasil 2014 Farías convocó a veinticinco futbolistas, cinco del torneo local y veinte que militan en clubes del extranjero.
Estos jugadores son los que deben estar siempre, son ellos los que pueden llevar a La Vinotinto a disputar el mundial en suelo amazónico. Por primera vez Venezuela cuenta con una convocatoria que tiene tantos efectivos fuera de nuestras fronteras. Su roce internacional, calidad y experiencia son más que vitales para poder competir en el proceso eliminatorio más fuerte de todos.
Futbolistas como Fernando Amorebieta, Julio Álvarez y los hermanos Fletscher aportarán muchísimo. El hecho de haber sido formados en Europa y tener toda su vida jugando allá dicen bastante, elevaran el nivel del grupo, vienen con otra visión que contagia al resto y lo más importante, tienen la misma ambición que el resto del grupo. La actuación de nuestra selección en la Copa América hizo que estos muchachos se decidieran por vestir la casaca nacional.
En este último llamado, a excepción de Yohandry Orozco y Ronald Vargas (por distintas circunstancias), se encuentran los que tienen que estar, no hay que darle muchas vueltas. Son pocos los equipos en el mundo que se encuentran tan amalgamados y unidos como La Vinotinto, de hace mucho tiempo que juegan juntos y ahora es que se están empezando a ver realmente los frutos de un proceso tan largo. No todo es de la noche a la mañana, desde hace doce años soñamos con llegar a la fase final de una Copa del Mundo y estos guerreros son los que pueden cumplir ese sueño.