VICTOR SANCHEZ VALDIVIESO
PRENSA ATLÉTICOS DE CARACAS.-
En una temporada 2016 de muchos inconvenientes para Atléticos de Caracas, el nombre de Martín Escobar ha brillado en las canchas por su accionar de juego y sobresalientes números que lo han convertido en uno de los mejores jugadores de la Liga Nacional de Baloncesto.
Con 16 partidos disputados con el uniforme azul, el jugador nacido en la capital de la república el 12 de noviembre de 1988, residente de la populosa parroquia 23 de Enero se ubica como el segundo mejor anotador del torneo con 263 puntos (16.4% pp), cuarto en tiros libres con 33 (80.5%) y certero escopetero de 76 cestas dobles (50.6%), que lo ubican como el escolta mas destacado de los ocho equipos participantes.
“Siempre he creído en la dedicación y en el constante trabajo” señala Escobar, “cuando estoy en competencia salgo de la cancha a mi casa para seguir mejorando en todos los aspectos del juego, especialmente en el drible. También procuro descansar bien” apunta quien también es jugador de Guaiqueríes de Margarita en la Liga Profesional de Baloncesto, desde noviembre del 2015 procedente de Gigantes de Guayana.
Su amor por el deporte comenzó, irónicamente, con otra disciplina: el béisbol, “al principio practique pelota desde las categorías infantiles hasta juvenil en la Liga Casalta de Catia. Pero al ir al liceo me decante por el baloncesto dando mis primeros pasos en el Parque Miranda de Sebucán, pasión que continúe a entrar al Instituto Pedagógico de Caracas e integrar el quinteto universitario que disputo juegos universitarios (JUVINES) con grandes compañeros e instructores».
Del Aula Mater formador de profesionales académicos, Martín Escobar se graduó en el año 2010 como Licenciado en Educación (mención Educación Física) despertando además el interés de entrenadores ,“cuando trabajaba como profesor contratado en el Liceo Juan Landaeta de Caracas, Gustavo García me lleva a Gaiteros del Zulia donde estuve un año y luego voy a Gigantes de la mano de Israel Plaza donde jugué la Liga Paralela con Guayana. En ese ínterin soy visto por Freddy Rengifo quien me lleva a la Universidad Central de Venezuela».
Su evolución física, el desarrollo de habilidades para el basket, pero sobretodo su deseo de convertirse en jugador profesional hace que Martín Escobar aproveche las oportunidades brindadas. En el año 2011 debuta tanto en la Liga Profesional de Baloncesto con Gigantes de Guayana -al mando de Carl Herrera- como en la Liga Nacional de Baloncesto con Atléticos de Caracas. De esta ultima franquicia destaca “En el equipo azul he madurado. Al principio no tuve mucha acción por la cantidad de buenos jugadores que habían, pero este año me ha tocado mas minutos en cancha que repercuten en asumir un rol mas protagónico y trabajar más”.
Martín Escobar analiza esta campaña de Atléticos, «la tabla clasificatoria y los resultados no reflejan el trabajo realizado. Hemos sido competitivos, hemos peleado cada juego, estar de tú a tú con los demás rivales, pero la inexperiencia, la falta de fortaleza mental, de jugadores internos y ejecutar las acciones básicas nos han complicado los juegos” Aun así destaca “Mis compañeros y yo tenemos que seguir trabajando duro como equipo”.
La dedicación del criollo vienen de su padre, Martín Escobar, que jugó profesionalmente en la extinta Liga Especial de Baloncesto con Telefonistas de Caracas entre los setenta y ochenta, “es mi ídolo. De él valoro su objetividad al decirme que debo correr más que todos los jugadores en la cancha, tener frialdad al momento de lanzar o penetrar al aro, pero sobretodo de prepararme física y mental para cada compromiso».
Escobar avizora el futuro con optimismo, “debo seguir fortaleciendo mis herramientas para aumentar mi calidad de juego. Mantener el ritmo que permite separar lo bueno de lo excelente” Con su deseo de ayudar a Atléticos de Caracas a ganar los juegos que le restan en la campaña regular de la LNB, dirige su atención hacia la LPB de cara a la venidera zafra 2016-2017. “Humildemente quiero mostrar mi trabajo –en la LNB- a Guaiqueríes de Margarita para tener el espacio y los minutos en cancha para desarrollar mis habilidades. Con Dios, dedicación y trabajo todo es posible”.